Oh buen Señor, velada está
tu santa forma aquí,
pues el pecado, oh Jehová,
te esconde hoy de mí.
Aunque no te distingo hoy,
sé que conmigo estás;
y si en afán o lucha estoy. tu auxilio me darás.
Como un sueño nocturnal, dorada ensoñación,
es tu presencia sin igual la más feliz visión.
Tu forma puedo percibir en alas de la fe; con tu influencia en mi vivir,
confiado andaré.