Los besos hay que darlos como si no hubiera mañana,
como si ese beso que das fuera el último que se te permitiera.
como si ese beso que das fuera el último que se te permitiera.
y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.
El más bello instante del amor, el único que verdaderamente nos embriaga,
es este preludio: el beso.