Oigo del Señor la voz llamando
"¿Quíén irá este día a trabajar?"
¿Quién me traerá a los perdidos?
¿Quién la senda angosta mostrará?
Coro:
habla, y pronto te contestaré; habla, oh Dios, háblame,
habla, y yo respondo: “Heme aquí”.
Cuando el mismo Dios tocó al profeta, dándole un nuevo corazón,
y éste oyó la voz que le llamaba:
"Heme aquí", él pronto contestó.
Muchos miles y millones mueren,
en la más completa oscuridad;
anda pronto tú a rescatarlos;
di al Maestro: "Voy con voluntad".
Pronto ya no habrá misericordia
para esta pobre humanidad,
y entonces se oirá al Maestro
que dirá: "Bien hecho, siervo fiel".