Espera un poco mas
El temor de Jehová es manantial de vida para apartase de los lazos de la muerte. Prov. 14:27.
Vivir no es apenas existir. Este mundo está lleno de personas que existen, pero que no viven. Respirar es prueba de existir, no de vivir. Tú existes con el cuerpo, vives con el alma.
"El temor de Jehová es manantial de vida", afirma el texto de hoy. La fuente es inagotable y constante. Los ríos no. Los ríos dependen de la lluvia. No tienen vida propia. Nacen de las fuentes. Jesús es la Fuente de vida. Si tú quieres vivir la vida en su plenitud, necesitas ir a Jesús todos los días. No se trata solo de un ritual religioso, sino de la sobre vivencia. Si no lo haces, dejas de vivir y pasas simplemente a existir.
El que recibe vida del manantial, evita los lazos de la muerte. No hay carreteras que lleven al futuro. No hay caminos abiertos para seguirlos. Apenas tiempo, como si fuese un desierto, un terreno desconocido, a veces lleno de peligros y lazos de muerte. Pero, hay un mapa que es la Palabra de Dios. Escuchar sus consejos divinos, buscando a Jesús todos los días, es ser sabio, es ser más que meramente religioso. Tus ojos se abren a la vida y a los peligros de muerte que hay ocultos en el camino.
El texto de hoy se repite en Proverbios 13:14. Solo que en ese pasaje se sustituye el "temor de Jehová" por "la ley del sabio", de donde se deduce que el temor de Jehová es simplemente seguir sus consejos.
Difícil tarea para la criatura. Al ser humano le gusta enseñar, no aprender; le gusta ser seguido, no seguir. Y, sin embargo, es una ley de la vida que si queremos ayudar a otros, es necesario ser y dejarnos ayudar. Esto exige un cambio de actitud.
El auténtico cambio comienza en el interior. No intentes construir algo grande fuera de ti, sin construir algo grande dentro de ti. Ese es el trabajo del Señor Jesús. El tuyo es ir todos los días a él, dispuesto a aprender.
Permite que Jesús te guíe a lo largo de este día haciéndote ver los peligros ocultos, porque: "El temor de Jehová es manantial de vida para apartase de los lazos de la muerte".
Pr. Alejandro Bullón