En lo profundo de la mar
el vil pecado dejaré.
Tan sólo así podré morar
con el divino Rey.
Coro:
En el mar dejaré mis pecados,
dejaré, dejaré;
nunca más se hallarán;
y con Cristo viviré.
Deseo ahora consagrar
mi vida entera al Salvador,
y mi pecado abandonar,
confiando en el Señor.
Mi enorme culpa al sepultar,
a vida nueva naceré;
y para siempre iré a morar
con mi divino Rey.