Cuando vengas en tu reino, Cristo,
acuérdate de mi, dijo el malhechor contrito,
implorando ayuda así.
Coro:
Vano no fue, vano no fue
nunca el ruego humilde de fe:
Cuando vengas en tu reino, Cristo,
acuérdate de mí.
Cuando vengas en tu reino,
mi abatido corazón, como
el malhechor contrito hallará la salvación.
Cuando vengas en tu reino,
santifícame, Señor;
como el malhechor contrito yo te mostraré mi amor.
Cuando vengas en tu reino,
y ya nada tenga aquí,
como el malhechor contrito hallaré tesoro allí.
Cuando vengas en tu reino,
a tu pueblo a rescatar,
como el malhechor contrito yo contigo quiero estar.